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domingo, 8 de abril de 2012

La Garza del Sol


Todos estaban absortos escuchando a Adrih, hasta que presenciaron la entrada colosal de alguien realmente espectacular. Una flamante “Garza del Sol”, cubierta de bellas y lustrosas plumas estilizadas, que le dan un aire de genuina realeza. Al abrir sus alas, forma un despampanante abanicodonde realza un círculo color anaranjado brillante, como si alguien hubiera dibujado en cada una de ellas, al sol resplandeciente. Cuando está en pleno vuelo, la cola casi se une por completo a sus alas, de tal forma, que al mirarla de lejos, parece una bella y gigante mariposa, emergida de un país invisible encantado.
La Garza del Sol luego de pavonearse un poco, exhibiendo su belleza, nos cuenta con detallado ingenio, la historia acerca de su origen:
La tatarabuela de mi honorable tatarabuela, era una garza común y corriente, con la diferencia, que en vez de tener las plumas blancas y lustrosas, ella tenía su plumaje de un color lúgubre y desaliñado, como si la hubieran salpicado con lodo, por éste motivo, todos se burlaban de ella, su vida era semejante a la de la cenicienta infeliz, de un famoso cuento de hadas, que tenía que soportar las continuas afrentas de su propia familia, que nunca la incluía en sus actividades recreativas.
En cierta ocasión, debió trabajar sin descanso todo el día y la noche, hasta quedar exhausta, ya que su familia, había programado un vuelo, donde emigrarían a una bella región, con el propósito de conocer otras tierras y aparearse. Toda su familia, estaba tan concentrada en éste viaje, que nadie la invitó y realmente, a nadie le importó que ella quedara completamente sola y desamparada, a merced de su suerte.
La garza solitaria, se sintió realmente abatida y humillada, impotente ante aquella situación, que le causaba tanta desdicha y dolor.Cuando llegó la alborada, la sorprendió llorando profusamente, sin consuelo. Tanto era su llanto, que se formó con sus lágrimas un pequeño riachuelo, con sabor a hiel y a sal, pues nada ni nadie lograba calmar su pena. La alborada, preocupada y sin saber que hacer se dirigió al castillo del sol, y solicitó una audiencia de carácter urgente, con el astro rey, contándole con lujo de detalles, cual era la situación de aquella infeliz y solitaria garza fea y desprotegida que se había convertido en la esclava indefensa de toda su familia que abusaba de ella, exigiéndole que despiojara a tan innumerable prole. Al astro rey, le preocupó la situación de éste desdichado ser y le pidió a la alborada que le llevara un mensaje de su parte, a la garza solitaria. Ella debía llenarse de fuerza y de coraje para volar hasta alcanzar su rostro. El de alguna manera, encontraría la forma de ayudarla.
La garza, al recibir ésta gentil invitación que venía con el membrete, sello y firma del sol, se sintió muy honrada y esta vez, lloraba aún mas, lo hacía de felicidad y gratitud. Entonces, decidida y optimista, secó sus lágrimas saladas y desplegando sus alas, emprendió el largo vuelo, cuyo único objetivo era atender a la gentil invitación que le hizo el sol.
Al llegar hasta el rostro resplandeciente del astro rey, se sintió cegada, por el fulgor de sus rayos y al posar sus largas patas sobre el, éstas se le encogieron a causa del inmenso calor.
¿Que podría hacer el sol, para cambiar el feo aspecto de la garza desdichada?
Pensó, que si decidiera pintar sus alas, con los colores candentes de sus rayos, éstas no resistirían la gran temperatura y quedarían reducidas a cenizas. Entonces miró el aspecto mas importante de la garza, miró en su interior, la parte intangible de su ser, y descubrió que aquella escuálida y fea criatura, tenía sentimientos realmente bellos. El sol, descubrió en la garza, un corazón sencillo, inmaculado, puro, que resplandecía en su interior, como resplandece el oro, cuando es sometido al fuego.
El sol, se sintió extasiado ante la magnitud de su descubrimiento, entonces, desde la belleza del corazón del ave, tomó el color refulgente y dorado que era similar al de sus rayos, y pintó en las alas de la garza, dos círculos hermosos que parecían soles. La garza se sintió maravillada ante el cambio que hizo el sol en ella, valiéndose de la belleza interior, que ella misma ignoraba tener.
Ahora en su transformación, de esclava cenicienta, ha pasado a ser como una esplendorosa reina ataviada de galas reales, admirada y consentida predilecta del astro rey.
Por este motivo, es conocida y respetada hoy por todos sus congéneres, quienes la llaman con mucho acierto: “La Garza del Sol”.

Marta Lilián Molano L
(Fragmento del libro Bebé Adrih Sueña)

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