Mariposas Blancas

 

Recostada en la arena 

con los ojos cerrados 

voló mi pensamiento 

por encima del mar, 

visitó laberintos 

de recuerdos lejanos 

libre es mi pensamiento 

no lo puedo evitar.

Las olas cristalinas 

susurran en mis manos, 

la brevedad del tiempo 

se acercó a sollozar, 

libre como gaviota 

voló mi pensamiento, 

así es mi pensamiento 

no lo puedo evitar.

De mi mente emigraron  mariposas muy blancas

con sus alas de nácar pigmentadas de azul 

y poblaron la arena 

como lluvia de rosas, 

eran hadas preciosas revestidas de luz.

Jugando entre la brisa 

volaron del pasado, 

yo las vi claramente 

salir por los fractales 

de mis ojos cerrados. 

Escaparon de un sueño perdido en la niñez, 

mis blancas mariposas fugitivas de ayer. 

Recogieron sus alas 

frágiles, inocentes 

y quedaron dormidas coronando mi frente.

©Marta Lilian Molano L

©TalitaMar

La lluvia en mi ventana

Era un amanecer sombrío 
y allí entre la penumbra 
escuchando el Tic Tac del corazón velaba inquieta mi  imaginación. 
La lluvia se escurría en mi ventana 
las sombras enmarcaban 
el glorioso debut 
de ancestrales parientes 
que emergían con mirada serena 
y solemne actitud 
Unos cortaban leña, 
otros en la molienda del café 
y del Maíz y los niños 
jugando a ser adultos 
en caballitos de trapo y madera corriendo por ahí. 
Fluía el pensamiento magistral, silencioso... 
pinceles luminosos 
creaban nuevos mundos. 
Incorpóreos seres llamaron mi atención:
 Escuchaba sus voces, 
cantaban  y reían 
estaban reunidos 
todos en mi balcón. 
Y yo: Sola conmigo 
-disfrutando mi amena compañía- haciéndole cosquillas 
a algunos duendecillos 
que se escaparon 
desde mi niñez 
duendecillos traviesos, 
reñian y lloraban 
apretujados entre mi brasier. 
Tiritaban desnudos 
comiéndose las uñas 
procurando abrigarse 
y quedarse dormidos 
entre cobijas rotas del ayer. 

Así es la Vida

 Disfruto un buen café, la dulce compañía de un amigo (incluyendo sus bromas, confidencias, temores y silencios) así mismo disfruto mi propia compañía. 

Es grato contemplar la lluvia en mi ventana deslizándose alegre en el cristal. 

Observo entretenida las diminutas huellas del pequeño roedor que han quedado plasmadas en la tierra mojada. ¡Y las grandiosas nubes cuando cambian su forma y su color, me recuerdan el tránsito sagrado de los seres humanos por la vida!

A veces me pregunto:

 ¿Quién fuera ahora de no haber sido yo? 

-probablemente hubiera sido tú-

¡He reído y llorado tantas veces! Al igual que las nubes he cambiado de aspecto y de color en el mismo escenario. He sentido el abismo fundirse en mis entrañas y mi cara estrellarse contra el suelo, como si fueran mis primeros pasos:

-Caerse y Levantarse-

Caerse y levantarse hasta el final para empezar de cero en otro tiempo, a otra hora y en un nuevo lugar. 

Así es como se aprende a caminar, a correr... a trotar... a sentir la caricia de la vida fluyendo a borbotones entre el pecho. 

Martha Lilian Molano L (TalitaMar) 

Enero 6/2022