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jueves, 15 de diciembre de 2011

A Tu Memoria




Para La Estrella Que Eres Ahora
(In Memoriam  Diciembre 25/2007)

Esposo de mi ayer, así yo te recuerdo: 
Tu risa entretejiéndose a mi risa, mi mano que se pierde entre tu mano, 
Tus huellas y mis huellas, dirigiéndose al rio, tu anhelo conjugándose en el mío.
Ruiseñores volando… olor  a tierra, a leña, a mangos  y a naranjos en flor.
El agua  acariciando nuestros cuerpos desnudos…
La melodía de antaño de Moré, haciendo suspirar a las palmeras.
Así, hombre de  mi ayer  emerges en mi mente
Con sabor a canela, a hiel, a ajenjo… a lágrimas saladas.
Cabalgas en la bruma del pasado,  invades mi presente,
Como el esposo hambriento de caricias,  que pronunció mi nombre
Con rabia, con dolor y con ternura…quizás también con algo de locura.
Mi nombre que hoy solloza desde el nido vacío de un jilguero,
Enredado en las ramas de majestuosos  árboles  que plantaron tus manos.
Esos árboles  lloran tu partida  junto al lecho del rio.
Esposo de mi ayer:
Hoy  la añoranza,  despertó silenciosa aquí en mi alma y se vistió de luto.
Tu recuerdo ha guardado mi tristeza, entre un blanco jazmín  
Que envuelve  con su aroma, el mármol  de la loza funeraria,
Donde se lee  tu nombre  esculpido en la tumba solitaria.

Marta Lilian Molano L  (11 de Mayo de 2010)



Ruth


Dedicado a la pequeña Ruth:
“Mi pequeña panameña, que en el istmo floreció,
Como una flor perfumada, con mejillas de arrebol,
Cuando me brindas tu risa, que brota del corazón,
Paréceme ver un ángel, que del cielo se escapó.”

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La mañana abrió sus ojos, aquel día de primavera,
Mientras las nubes llegaban, se marchaban las estrellas
Y la luna, muy sonriente, con las estrellas marchó
Y de camino a su casa, un ojito al sol guiño.

Y don Sol, siempre radiante, sus rayos de oro tendió,
Sobre una pequeña casa que entre las montañas vio
Y contempló  las mejillas sonrosadas de una flor...
¿De una flor?...-No, es una niña, que a la ventana asomó.

Es una niña que tiene, la alegría de un ruiseñor,
Las mejillas sonrosadas y el perfume de una flor,
Yo he visto ya a la pequeña, es bella y se llama Ruth,
Si Dios me diera una hija, quiero que sea como tu.


Salió temprano la niña, muy tempranito fue a ver,
A todas las abejitas, mientras fabricaban miel
Y al verla, las mariposas, todas vinieron también,
Haciéndole un caminito, con pétalos de clavel.

Muy cansada la pequeña, hasta el riachuelo llegó
Y vino El Hada del Sueño y sus ojitos cerró.
Iba muy feliz, la niña, volando de flor en flor,
Sus alas eran  doradas, con estrellas incrustadas
Que la luna enamorada, le había regalado al sol.

Iba muy feliz cantando y la escuchó Papá Dios,
Y abrió la puerta del cielo, creyéndola un angelito
Que por la ventana huyó. ..Papá Dios, tendió su mano:
Ruth, le dijo, ella voló... Y mi pequeña traviesa
Revoloteó por sus barbas y en su nariz se posó.

Y al ver sus ojos tan bellos y dulces como la miel,
Quiso sumergirse en ellos y de esa fuente divina
Todo su néctar beber.-Ruth, pequeña, ¿Qué te has hecho?
La niña se despertó; volar quiso hasta su padre,
Pero en el primer intento, la pequeña Ruth cayó.


¿Y mis alas, que se hicieron?... Al oírla, el Sol sonrió
y de camino a su casa, tiernamente con sus rayos
su carita acarició. Ahora sonriente la niña,
dormidita se quedó, acurrucada en su cama
buscó de nuevo sus alas, y vuela de flor, en flor.

Marta Lilián Molano L