Los incontrolables sollozos de un sapo grande y muy feo, interrumpieron la concentración de todos los que estaban absortos escuchando a la bella Garza del Sol. Ahora las miradas interrogantes y perplejas, se dirigían al lugar de donde provenían tan angustiosos lamentos. Allí, grotescamente echado de barriga, el gigantesco sapo estaba sobre una bella flor de loto.
-Yo también he sido esclavo de mi propia codicia, esclavo de los celos y de la prepotencia.- Decía el sapo a grandes voces, mientras se sonaba fuertemente la nariz y trataba inútilmente de contener su angustiado llanto.
Yo fui un ferviente y loco enamorado de una hermosa princesa llamada Jazmín, pero en un impulso de cólera y de celos, la ofendí hasta hacerla llorar. Entonces apareció el Hada que la protegía y la convirtió en una fastuosa paloma blanca, que emprendió raudo el vuelo y a mi me transformó en el repugnante ser que están viendo. Mi nombre es Nabuco, en épocas pasadas fui un atractivo príncipe injusto, orgulloso y prepotente; cuando poseía todo lo bueno que la vida me dio, no supe valorarlo y perdí mis riquezas. Pero el mayor tesoro al que he tenido que renunciar, es mi hermosa novia la princesa Jazmín, a quien no he vuelto a ver desde hace muchos años. Cada noche escucho la voz de su lamento, percibo su fragancia y ya no se que hacer para remediar ésta pena que me agobia.
Así se lamentaba aquel sapo gigante, su llanto era tan genuino y desesperado, que muchos de los que estaban presenciándolo, empezaron también a llorar. Pero después de un breve instante, algo inesperado y maravilloso sucedió:
La bella flor de loto donde se encontraba el sapo, se convirtió en el Hada protectora de Jazmín y tomando al anfibio entre sus manos, lo miró fijamente a los ojos diciéndole:
“Nabuco: pacientemente esperé éste momento. Hoy has reconocido tu error, por esto te devolveré todos los bienes que perdiste”.
Al decir éstas palabras, el Hada tocó con su dedo índice al sapo en medio de los ojos y éste se convirtió de inmediato en el hermoso príncipe que había sido. Luego colocó en las manos del príncipe una armónica de oro, para que entonara la melodía que solía dedicar a la bella Jazmín. Cuando Nabuco entonó aquellas notas impregnadas de amor y de esperanza, una hermosa paloma blanca se le posó en su mano y al suave toque del Hada Protectora, la paloma se convirtió en la princesa Jazmín.
Todos saltaban y reían al contemplar el hermoso prodigio. Solo faltaban los bienes materiales, los cuales recuperarían después de la ceremonia de bodas.
El príncipe Nabuco y la princesa Yazmín, ante todos aquellos testigos, hicieron votos de amor y de respeto. Luego sellaron con un beso, su promesa.
Estaban felices y agradecidos pues aprendieron que toda relación debe construirse sobre el fundamento del respeto. Desde allí se tejen y proyectan todos los sentimientos, teniendo presente, que no somos dueños de nada ni de nadie, pues lo que pudiéramos llegar a tener en nuestras manos, puede esfumarse como la suave arena entre los dedos.
Por eso cada dádiva que recibimos, es una flor fragante que perfuma el ya hermoso terruño de la vida. Una flor que proviene de lo alto, donde la luz domina y resplandece la equidad. El mas bello tesoro es aquel que ilumina desde adentro, aún los aposentos mas profundos de nuestro corazón. Allí es donde germina la esperanza y se gesta la belleza real que no es perecedera. El Hada entrelaza las manos de los enamorados, luego toca en su armónica, y al vaivén de las notas magistrales, aparece el castillo esplendoroso, un carruaje encantado con caballos de paso, un jardín coronado de mil rosas, gorriones que visitan las orquídeas, fragantes azucenas y níveas mariposas.
Un grillo está entonando su mejor melodía, entre uno y otro brinco, no para de danzar. Por la importancia del acontecimiento, hoy ha vestido sus selectas prendas; Vistió un esmoquin de elegante cola, camisa blanca de satín muy fino y el corbatín de seda color rojo, que siempre buena suerte le ha traído.
Señor grillo elegante, le pregunta un rosa:
¿Porqué percibo hoy en su canto chillón,
Un aleteo muy bello, como de mariposas
¿Será un poema en rima que le canta a una diosa?
¡O acaso hay un motivo que usted, contar no quiera!
¿Será que hoy en su alma nació la primavera,
O llegó la esperanza con aires de quimera
En el trino precioso que escuchó de un gorrión?
El grillo pensativo no sabe que decir,
Entre uno y otro saltoSu corazón se agita, no para de latir…
Se oculta entre las flores, le habla a un ruiseñor
Y esquiva muy prudente los rayitos dorados
Que le tiende jugando, el refulgente sol.
-Señor Grillo Elegante ¿porque no me responde?
Su escuchar se ha marchado ¡Y Dios sabe hasta donde!
Se ha quedado rendido ante una hermosa flor,
“La bella flor de loto”, le robó el corazón.
-Desde hace mucho tiempo, cuando el sapo llorón
Vivía en su inmensa hoja, yo miraba a la flor.
Me enamoró su encanto y su hermoso color
¡Sus pétalos preciosos y su exquisito olor!
Así entre todo ellos el grillo confesó
Que hace ya mucho tiempo, el contempla a la flor,
En las noches de luna, mil veces le cantó,
Mas por temor al sapo, nunca se le acercó.
Ante aquel sentimiento de amor, que el grillo elegante reconoció, todos han quedado estupefactos, ¡Quien hubiera imaginado que el esbelto grillo estuviera así perdidamente enamorado!
Marta Lilián Molano L
(Fragmento de mi libro titulado Bebé Adrih Sueña)