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lunes, 30 de noviembre de 2015

Se Muda la Verdad (Respuesta a Victor)


Se muda la verdad; 
como de ropa el candente verano en tiempo frio
como la oruga en bella mariposa
y el tímido riachuelo se transforma
en un inmenso y prepotente río.
Humildemento acepto lo que dices
y dices la verdad: !Yo, nada se!
Mas en respuesta a tu concepto claro
soy del pensar, que la verdad suprema
por su grandeza, no puede esconderse
en la ínfima mente de un humano;
presumirlo, seria reconocer
que pueda así abarcar el infinito
una versión minúscula de arena
representada en un pequeño grano. 
!Se muda la verdad!. Es lo que pienso
¿Hablo con claridad? ¿Me hago entender?
Igual así, cual la apariencia misma
de la semilla vestida en clavel.
Como de los faciales gestos se ha mudado
del hombre sanguinario y homicida
la preciosa sonrisa de inocencia
que habitaba en el rostro del bebé.
De Teología, es mucho lo que ignoro,
de descifrar misterios, nada sé.
Mas a pesar de mi ignorancia plena
sé que hay un Dios que vela por mi vida
y aunque me quede corta en definirlo,
por carecer de verbo y de sapiencia
con tu "infabilidad y prepotencia"
tu nunca lo podrías comprender.
---------
Hay verdades tan profundas que mi mente
no abarca y solo logro percibir una parte de ellas,
a través de mi espíritu.

Marta Lilian Molano L
Noviembre 27 de 2015
Lo que sabemos  es una gota; lo que ignoramos es un océano.
(Isaac Newton)

Mientras el Cielo Llora

El cielo está llorando sus lágrimas de vida
la tierra bondadosa, despierta y las abriga
y cantando, ella teje entre su oscura entraña
primorosas alfombras, de doradas espigas.
El cielo está llorando oculto en la colina
se despiertan las rosas, los claveles suspiran
y juega la cascada corriendo entre las piedras
muy fresca y despeinada, como una hermosa niña.
Mientras el cielo llora, sus lágrimas divinas,
perdido en la montaña, sentado en la colina,
en la tierra sonríen rosas multicolor
y doradas espigas, coronadas de sol.
Feliz canta una mirla, con notas de cristal,
sin apuros la brisa se detiene a observar,
cómo la oscura tierra está pariendo lirios
blancos, como palomas...
como palomas blancas revestidas de paz
que a todos los rincones, desearían llegar.

Marta Lilian Molano L

El Jilguero que Solloza en el Espino (Mi Sueño de Mariposa)

Tengo un utópico sueño que no me deja dormir, 
que este mundo no es de locos, que ellos no reinan aquí,
o si al menos fueran locos de los que quieran jugar
que aquí no hambre ni guerras y los misiles sean hechos
con abrigos, queso y pan.
Tengo un utópico sueño que a mi me gusta soñar
que Francia y Siria se abracen sin contiendas ni rencores
y en las ondeantes banderas de toda la humanidad
se mixture en sus colores 
la inmaculada bandera victoriosa de la paz.
Que en este sangriento mundo, no vuelva a existir la guerra
y en nombre del amor, sean abiertas las fronteras. 
Sueño que el mar no es testigo
de la muerte de millares de emigrantes clandestinos
que buscaron un refugio de bondad. 
En este utópico sueño que no me deja dormir
no hay vampiros disfrazados de elocuentes sacerdotes
que casan vírgenes niñas, para saciar los instintos...
son como fieros coyotes 
(me perdonan los coyotes si ofendo su humanidad)
No quiero vírgenes niñas sollozando temerosas
"porque las van a cazar".
Hoy soñé con mariposas que conviven entre peces
con unicornios azules y desiertos que florecen,
tengo una gaviota de oro, para quien quiera volar
a visitar al jilguero que solloza en los espinos
tejiendo un manto de paz. 
Este es mi utópico sueño y así me gusta soñar. 

Marta Lilian Molano L
Registro Derecho de Autor: 1-2015-85686


miércoles, 28 de octubre de 2015

¿Será Que Aún me Ama?


A veces me pregunto: ¿Será que aún me ama?
¿será que en sus recuerdos recónditos, callados
hay un titán rebelde que quiere abrirse paso
y saborear el néctar de aquel amor sagrado?
O estará satisfecho, en su amplio camino
pisoteando los sueños que el y yo compartimos...
descifrando sonriente la oración taciturna
de la dulce esperanza
que cabalga sin rumbo, percibiendo fragancias
en jardines sedientos, que ayer bajo sus plantas
quedaron convertidos en áridos desiertos...

Y aún asi me pregunto:
¿Será que aún me ama?

Marta Lilián Molano L
Septiembre 30/2015

miércoles, 21 de octubre de 2015

Las Mágicas Aventuras de Fer y Chía

Primer Encuentro de Fer y Chia
(Leyenda de Bachué)




Aquella noche, Fer estaba indispuesto, con dolor de cabeza, por eso se acostó más temprano de lo acostumbrado. Cuando se quedó dormido, vio que todo se iluminaba con la presencia de una niña indígena que tenía una argolla en la nariz, y brillaba como si fuera de oro, su vestimenta era muy llamativa. También llevaba entre sus brazos un pequeño lagarto azul, lleno de escamas que parecían gemas preciosas.
¿Quién eres tú? (preguntó Fer, conteniendo la respiración)
-Hola Fer. Mi nombre es Chía que significa luna. Bachué me trajo hasta aquí para que seamos amigos. (dijo, mientras se acercaba colocando el lagarto azul en los brazos de Fernando). -No temas, no te hará daño. Son los hombres los que han hecho gran daño a muchas especies, como lo hicieron a la extinta tribu Chibcha, de donde provengo.
-¿De dónde eres y quien es Bachué? Preguntó Fer atemorizado.
Vengo de los Andes orientales en una región de América del Sur, vivo en la laguna sagrada de Guatavita. Mi tribu ya no existe. En otra ocasión te hablaré de mi procedencia, mi vida y mis ancestros. Ahora te diré quién es Bachué.
Hace muchos siglos, antes de que nuestro pueblo existiera, emergió de la laguna sagrada, una hermosa india de largos y negros cabellos llamada Bachué. Ella llevaba a un pequeño niño en sus brazos. Bachué quedó fascinada por la belleza del paisaje y decidió vivir en aquella región. Los años pasaron, el niño se convirtió en un apuesto hombre y como Bachué conservaba su belleza y juventud, se casó con él.
Tuvieron muchos… muchos hijos y se desplazaron por todo aquel lugar para poblar la tierra. Bachué enseñó a sus hijos a construir chozas, a tejer, a hacer vasijas de barro y cultivar la tierra. También les enseñó a hacer hermosos collares, narigueras, pectorales y otros adornos elaborados en oro y esmeraldas.
El esposo de Bachué, entrenó a los guerreros y les enseñó a amar, respetar y proteger a la madre tierra.
Cuando cumplieron su misión, Bachué y su esposo regresaron a la laguna sagrada y al sumergirse en ella, se transformaron en una gran serpiente símbolo de sabiduría que recorría la laguna ante la mirada de sus descendientes.
Por eso mi legendaria tribu, se reunía en aquella laguna sagrada para venerar a Bachué, quien fue madre, diosa y maestra de la extinta tribu Chibcha.

Marta Lilian Molano L.
Registro Derechos de Autor: 1-2015-49558




La Balsa de Oro que Casi Naufraga





Debes creerme Fer: Dice Chía a su buen amigo, mientras Plinio, el lagartito azul se acomoda en su hombro para escucharla mejor. Es cierto, hay una hermosa balsa de oro que hicieron mis antepasados y aún existe. La balsa se encuentra expuesta en el Museo de Oro de Bogotá. En ella hay estatuillas de oro de los valientes guerreros que sirvieron a mi padre, el cacique de Guatavita.

Fer supo que Chía la Caciquilla Dorada decía la verdad y pensó que valdría la pena conocer esa balsa de oro, si también pudiera navegar en ella, mar adentro. 

-Morfeo, Morfeo, dios del sueño y de las fantasías…. ¿porqué al leer el pensamiento de Fer, sonríes maliciosamente y levantas tu ceja izquierda, como si te propusieras hacer una travesura?
Morfeo: puedo ver dibujadas en mi imaginación, tus grandes alas haciendo malabares en el firmamento, asustando a las gaviotas, mientras llevas en tus brazos a Fer y a Chía que sorprendidos disfrutan esta maravillosa aventura.
Allí, resplandeciente en alta mar, como una danzarina que hipnotiza a quienes la miran, está la balsa dorada con sus figuras inmóviles de oro, de valientes guerreros legendarios y felices, entre ellos corretean Fer y Chía.
Susanowo, el temperamental y envidioso dios del mar, de origen japonés, se encuentra medio dormido tendido en la blanca arena, esperando que las olas hagan cosquilla en sus pies. Solo de esa forma él puede sonreír, pero contrario a sus planes, un destello de la barca, atravesó sus ojos y esto lo enfureció.
Susanowo empezó a maldecir y las olas crecieron, las nubes oscurecieron y se formó una tormenta que amenazaba con destruir a la balsa y sus ocupantes.
La diosa del sol, hermana del temperamental dios que causó la tormenta, se sintió muy avergonzada por el comportamiento de su hermano, por eso rescató a la barca dorada y a sus ocupantes, ocultándose junto a ellos en una cueva que encontró entre las más oscuras nubes que existen.
-¡Sáquenme de este túnel¡……….gritó Fer con todas sus fuerzas, tirando lejos la pesada manta que cubría su cara y de un brinco, quedó sentado en el suelo, al pie de la cama.
-Es un chico muy asustadizo, dijo Chía a la diosa del sol, tratando de contener su risa.
-Ya lo veo, ya lo veo… respondió la diosa, mientras se iluminaba su blanquísimo rostro y maternalmente atraía hasta su pecho a Chía, la caciquilla dorada. Las carcajadas de ambas aún se escuchan a lo lejos. 

Marta Lilian Molano L
Registro Derecho de Autor No 1-2015-50531

*inspirada en el mito japonés del dios del mar y la diosa del sol.


Fer y Morfeo Rescatan a Chía




Morfeo, el dios griego del sueño, aquella noche poblada de estrellas, vio a lo lejos a un lucero que poco a poco perdía su luz. Cuando esto sucede es porque en algún lugar del planeta, un niño sufre de pesadillas. Morfeo rápidamente tomó sus majestuosas alas y salió de su gran mansión, con el propósito de encontrar a ese niño y ayudarlo a salir de su pesadilla.
Morfeo llegó a la casa del niño, asomó a la ventana de su cuarto y encontró a Fer inquieto, luchando valientemente con la pesadilla de sus propios temores.

-¿Por qué gastas tu fuerza luchando contra algo imaginario como es el temor? Preguntó Morfeo a Fer.
-No es mi imaginación, respondió Fer. Chía quedó abandonada con Plinio, su lagartito azul, en África, enredada en las ramas del árbol de la historia y nunca podrá regresar.
-Ahora comprendo que tu corazón también está comprometido en esta lucha; veo que Chía La Caciquilla Dorada, es muy importante para ti, realmente es ella la que ilumina tus sueños. Dijo Morfeo a Fer, mientras sonreía comprensivo y trataba de darle ánimo con sus palabras. 
Iremos a rescatarla, pero es necesario que mis hermanos Fabetor y Fantaso nos acompañen.
Ellos requerían la presencia de Fabetor, porque él les abriría los ojos para que vieran donde se encontraba Plinio, el lagartito azul y Fantaso les mostraría el árbol de la historia, ya que la misión de Morfeo es construir fantasías para los seres humanos y ayudarlos a que tengan buenos sueños.
Todo sucedió en menos tiempo del que toma un gallo para cantar. 
Morfeo, Fabetor y Fantaso llevaron en un mágico sueño a Fer, hasta Chaga, lejana región de África, donde se encuentra el Árbol de la Historia.
Y adivinen que… Chía la Caciquilla Dorada y Plinio su lagartito azul, estaban profundamente dormidos, acurrucados en el tronco de aquel legendario Árbol. 
Fer tomó una canasta, que dejó tirada en aquel lugar la chica de Chaga, y cubriéndola por dentro con algunas hojas, la llenó con agua de una quebrada que estaba cerca, y derramó el agua fría sobre el rostro de Chía, para hacer que despertara.
Chía corría tras él, queriendo vengar su travesura. Morfeo, Fabetor y Fantoso, no podían contener la risa….Tampoco Fer, que despertó escuchando sus propias carcajadas.

Marta Lilian Molano L.
Registro Nacional de Derecho de Autor No1-2015-49553
Junio 30 de 2015.

*Parte de los comentarios, se han narrado teniendo presente a personajes de la mitología griega, como lo son Morfeo y sus hermanos Fabetor y Fantaso.


Fer y Chia Bajo el Árbol de la Historia
(La Chica de la Leyenda de Chaga)



Quieres acompañarme al Africa? -preguntó Chía a Fer, con una mirada traviesa, mientras Plinio su lagartito azul, se escondía debajo de su cabello. Fer no alcanzó a responder, como por arte de magia fue transportado junto a Chía debajo de un frondoso y gigantesco árbol. Ellos vieron con sus propios ojos lo que aqui les cuento:
-Corran, corran, ya se que no podrán alcanzarme. Decia la chica de Chaga, al grupo de amigos que la acompañaba. El color de su piel, era como el de la tierra fértil y sus dientes tan perfectos y blancos parecían un collar de perlas.
Ella corría como una gacela feliz. Su vestido de llamativos colores semejaba un jardín donde muchas mariposas se recrean y alimentan.
Sus amigos no se equivocaban al pensar que aquella chica era muy bella; se sentían hipnotizados por sus grandes ojos oscuros rodeados de crespas pestañas. Ella protegía del sol, su cabello ensortijado, cubriéndolo con un pañuelo de color verde y llevaba una canasta de fibra vegetal, para llenarla de fresca hierba que sus conejos esperaban ansiosos.
Sudorosa y jadeante, la chica de Chaga llegó hasta el cenagal donde la desgracia la esperaba. Al colocar sus pies sobre la hierba, ésta empezó a tragársela poco a poco, con tanta fuerza, como si debajo de la tierra una boa gigantesca la estuviera esperando. Nada pudieron hacer sus amigos para rescatarla.
Los padres, muy tristes fueron donde un anciano muy sabio de la región y el les aconsejó que sacrificaran en aquel lugar, una vaca y una oveja. Cuando hicieron ésto, oyeron a la joven cantando muy feliz y se alejaba como si estuviera recorriendo un camino muy bello. Al acallarse su voz, creció un hermoso árbol cuyas ramas tocaban el cielo. Allí las aves venían para hacer sus nidos y los campesinos que pasaban con su ganado, encontraban sombra y refugio bajo sus ramas.
Dos muchachos curiosos subieron a aquel árbol y desde allí, gritaron a sus compañeros que estaban viviendo en una época pasada. Ellos se eternizaron entre sus ramas, nunca pudieron regresar.
Cuenta la leyenda que aquel árbol misterioso fue llamado "El Árbol de la Historia".
Fer estaba asustado, casi no podía creer lo que vieron sus ojos. Chia se divertía: Su inteligente amigo estaba blanco de pánico.
-!Plinio, regresa! - gritó Chia a su lagarto azul, pero era demasiado tarde, el lagartito brillaba entre las ramas, como si fuera una gema preciosa y Chía subió para rescatarlo.
Los lentes de Fer, se opacaron por el llanto. -Chiaaáa, Plinioooo regresen. No quiero que se pierdan en el Árbol de la Historia. Como regresaré a casa?
Fer despertó escuchando sus propios gritos, el corazón parecía salirse de su pecho.
-No temas, sobrevivirás a este gran susto, decía Chia riéndose a carcajadas, mientras lo observaba sentada en las ramas del frondoso árbol y su lagartito azul, dormitaba oculto entre su cabello.

Marta Lilián Molano L
Registro DDA: 1-2015-49549

*Esta historia ha sido inspirada en La Leyenda de Chaga* (África).

jueves, 6 de agosto de 2015

Fer y Chia (Encuentro de dos Mundos)



 
La Caciquilla Dorada

*Que emergió de una leyenda de mi tierra colombiana*

Mi nombre es Chía (la luna) y del pasado he venido,
de Guatavita la antigua y su mágico esplendor
de la era precolombina, para decir hoy al mundo, lo que en mi pueblo pasó.
Mi padre fue un poderoso cacique de la región,
poseía grandes riquezas: esmeraldas, oro, tierras de incalculable valor.
Tenía el cacique una esposa que era muy gentil y bella
y al llegar a su bohío, feliz salía a recibirle Chía, su pequeña hija
que en la vida de su padre, brillaba como una estrella…
Brillaba como una estrella, como no brilló ninguna
Chía, en el dialecto chibcha: “En homenaje a la Luna”.
El cacique estaba absorto, en su admirable esplendor,
llenó su vida de fiestas, de aventuras amorosas,
por acciones como éstas, a su esposa descuidó.
Su esposa gentil y bella, lloraba de soledad,
muy cerca de la laguna sagrada de Guatavita
Bachué diosa de los chibchas, en forma de gran serpiente
la venía a consolar.
En ese abandono cruel, la cacica un día encontró
a un guerrero muy apuesto, ella y él se enamoraron,
pero ese idilio prohibido, fue fatal para los dos.
Una noche el gran cacique en homenaje a su esposa,
bajo la luz de la luna hizo una fiesta ostentosa.
chicha fuerte de maíz, danza el cacique contento,
aunque de venganza cruel, su espíritu está sediento.
Un grito desgarrador hizo eco en las montañas
y traspasó el firmamento…
La cacica está muy triste, a su amante hoy ha perdido
Y en un platillo de oro, como una ofrenda especial
su corazón le han traído.
Enloquecida tomó entre sus brazos la estrella,
la estrella del gran cacique, la hija de sus entrañas,
 que brillaba junto a ella.
Sollozaron abrazadas, la luna las consolaba.
Corrieron a la laguna de Guatavita la antigua
y sus cuerpos se perdieron en la laguna sagrada
donde Bachué, diosa chibcha en una mansión dorada
Entre esplendor de oro puro, pectorales, narigueras,
Brazaletes y esmeraldas,
En forma de gran serpiente, siempre, siempre las cuidaba.
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Mi nombre es Chía “La luna”, la caciquilla dorada
y vengo de Guatavita, de la era precolombina
de la laguna sagrada.

Marta Lilian Molano L
Panamá Junio 26 de 2015

Registro Derecho de Autor: 1-2015-49036

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Fer y Chía  (Biografía)
Fernando y Luna
(Dos mundos y dos niños se reúnen en sueños)
Hace varios siglos, antes de que el hombre blanco invadiera aquellas fértiles tierras, existió en América del Sur, la tribu de los Chibchas, un pueblo indígena que contemplaba con alegría, respeto y admiración las sagradas sierras nevadas. Allí, en una época de esplendor, ya casi sumergida en el olvido, nació la hija de un gran Cacique quien en honor a la luna, fue llamada Chía.
Cuando Chía tenía seis años, la vieron por última vez, llevaba un hermoso lagarto azul entre sus brazos y en compañía de su madre, quien lloraba desconsolada, se dirigieron a la  Laguna Sagrada de Guatavita, y se perdieron en ella.
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Fernando es un niño de inteligencia muy desarrollada y le agrada  aprender. El nació en el continente europeo hace siete años. Cuando sea mayor, quiere ser médico para aliviar las muchas dolencias de la humanidad. Lee sobre antiguas culturas, Mitología, Geografía, y Física Cuántica. Ama a los animales y disfruta el deporte, especialmente el fútbol.
Los padres de Fer, son exitosos empresarios y pasan mucho tiempo en actividades relacionadas con su trabajo.
Mi primer encuentro con chía, fue propiciado por un balón: (Fer)
Perdí el conocimiento cuando la bola golpeó fuertemente mi cabeza y al despertar, me escuché diciendo:
La luna, las montañas, un libro o un balón, me son más atractivos que mi computador.
Me sentí avergonzado al oír las carcajadas de mis compañeros de juego.
Ellos aún no lo saben, pero a partir de ese momento, cada noche se presenta en mi sueño una niña indígena que dice llamarse Chía (Luna). Su piel es bronceada, tiene ojos oscuros, lleva el cabello tejido y adornado con una pluma de bellos colores como su vestido y en sus brazos un exótico lagarto azul que parece haber salido de la prehistoria, y tiene  las escamas semejantes a  piedras preciosas.
Marta Lilián Molano L.
Registro Nacional de Derecho de Autor No1-2015-48557
 

lunes, 13 de julio de 2015

Monólogo


Se me ofrece:
La sonrisa primorosa de un clavel y el aroma de tres rosas muy hermosas
Reflejadas en la luna.

Un planeta imaginario, extendido ante mis pies. Los encantos de la vida
Proyectados en el agua cristalina de un espejo de papel.

Se me ofrece:
Terminar de entretejer, mis anhelos más preciosos
En la tela de una araña.

Coronar el infinito, palmo a palmo, gota a gota…
Cabalgando en los jardines de una bella mariposa, que tiene las alas rotas.

Se me ofrece, un castillo de colores
Reflejado en una gota de rocío que se oculta entre las flores.

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La  ilusión es efímera y la vida, como una flor que entre el cemento brota,
Se contorsiona, esboza una sonrisa, sueña alcanzar una estrella perdida
Y conquistar el horizonte pleno, en un segundo y con las alas rotas…
La ilusión es efímera y la vida, es una flor que entre el cemento brota.


Marta Lilian Molano L

Derecho de Autor número:1-2015-52622

Estrella Azul



Se perdió en la madrugada una estrella azul sonriente,
en el sueño de un planeta se perdió.
La buscaron mil luceros, en la laguna encantada
en el mar y en todo el cielo, pero ella allí no estaba
el suspiro de un poeta, en sus versos la guardó.

Marta Lilián Molano L
Dirección Nal Derechos de Autor: 1-2015-49037

viernes, 26 de junio de 2015

Guillotinas (mi caballo imaginario)


La señora inspiración, llegó hoy de madrugada
estampó un beso en mi frente y su aroma de jazmin 
quedó impregnado en mi almohada.
se escondió entre mis pestañas...
se zambulló en una lágrima que del pasado guardé
y rescató mi caballo de nácar y espuma blanca...
Mi caballo imaginario que durante muchos años
bordé con hilos de oro y filigrana de plata
y hoy sediento agonizaba
entre pequeños fragmentos de anhelos bellos y rotos.
Mi precioso galopante que emergió de un sueño loco
y entre lágrimas saladas de mi playa de recuerdos
juega en mi reloj de arena
y con el correr del tiempo, se evapora poco a poco.


*Hoy llegó cabalgando a mi recuerdo,
abriendo paso entre mis sueños rotos
mi precioso caballo imaginario llamado Guillotinas.
Su semblante era triste...quizás también
sus sueños se rompieron con los míos.


Marta Lilián Molano L
Dirección Nacional de Derechos de Autor: 1-2015-48562


viernes, 5 de junio de 2015

Athena Gata de Humo


(Dedicado a Tatiana Ospina Montes y a Athena, su gata Bola de Humo)

Oí cantar a un jilguero y me asomé a la ventana,
el floripondio exhalaba el perfume de los dioses,
era un bello atardecer, el ocaso suspiraba
contemplando a la montaña mirándose en la quebrada.
 Muy cerca de la montaña, en el volcán del Barú casi invisible danzaba,
 el espanto de un chamán que entre enardecidos ritos
a sus ancestros llamaba.
Y despertó aquel volcán de su sueño tan profundo…
se levantaron fantasmas, abriendo el cofre sagrado
que el volcán había guardado, de aquí, de allá, de otros mundos…
Athena una gata gris, envuelta en ceniza y humo de su cráter emergió,
maullando olfateó a la brisa y la agraciada felina,
como un impetuoso rayo, enigmática y hermosa a mi ventana llegó.
Athena Bola de Humo: de aquí, de allá, de otro mundo…
 La favorita de Zeus, emigró de Grecia a Egipto
con mágicos jeroglíficos plasmados en sus pupilas a los ojos me miró.
Y me sumergió en un sueño, que jamás olvidaré:
Pirámides colosales de indescriptible belleza,
egipcios tallando piedras
y escribiendo en los papiros con sorprendente destreza,
mil momias embalsamadas…
la faraónica mirada del legendario Ramsés,
y mi paseo con Sitra por el Valle de las Reinas.
 Athena “Bola de Humo” fue allí donde me enteré
que en aquella dinastía, en el milenario Egipto,
 como diosa venerada, fuiste tú la consentida
y muy amada mascota del legendario Ramsés.

Marta Lilian Molano L.
Mayo 28 de 2015
Registro Nacional de Derecho de Autor  número:1-2015-43077