Con mis manos y con el corazón bordé una niña dormida ¡Preciosa, como una flor!
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Hoy, recordando tu nombre
Sofía Victoria pensé
escribirte un bello cuento,
un cuento que quede impreso
en el alma de tu abuelo
y que ilumine tus ojos
cuando de tierno capullo
te conviertas en mujer".
***
En los extensos jardines
que hay en mi imaginación
descubrí una flor canela
dormidita, acurrucada
entre los rayos del sol.
No quería despertarla,
con ternura la observé :
Sigue durmiendo pequeña,
que sean muy bellos tus sueños
y dulces como la miel.
Cuidando de no hacer ruido
despacito me acerqué
y para sorpresa mía
escuché un largo bostezo
¡Había interrumpido el sueño
de un perezoso clavel!
-¡Oh! Lo siento tanto, tanto...
¡Por favor disculpe usted!
Él, estirando sus hojas
somnoliento respondió :
-Desde el cristal de mi sueño
vislumbré con atención
que silenciosa observaba
aquella preciosa flor.
Verá usted, señora intrusa
-lo digo sin ofender-
En la exquisita fragancia
de la flor que mira usted
Sofía Victoria es quien sueña
-eso me dijo el clavel-
Me acerqué un poquito más
hacia la flor de canela
y había una niña dormida
preciosa como una estrella.
¡Preciosa como una estrella!
Dijo el clavel perezoso
y dos luceros traviesos
despertaron en tus ojos.
Jugando se deslizaron
por tus pestañas de luna
y cabalgaron felices
entre tus rizos de espuma.
En mi jardín crece... crece
la pequeña flor canela,
perlas brillan en su risa
hadas dichosas danzando
entre el repicar sonoro
de flautas y castañuelas.
Vuelve a su sueño el clavel,
ronca que ronca él está
me alejo de puntillitas
no lo quiero despertar.
Recostada a mi ventana
despeinada está la brisa...
Sofía Victoria:
¡La brisa cantando tu nombre está!
Cantando tu nombre está
alegre como un gorrión
que recién abre sus alas
para jugar con el sol.
La pequeña crece... crece
como ángel de primavera
y en mi corazón florece.
Aleja el candor su cuna
con los dedos de la luna
y envuelta en rizos de espuma
la niña flor de canela
como estrella resplandece.
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*Dedicado a la niña
Sofía Victoria Santamaria Abrego
(escrito: Noviembre 7/ 2020)
©Marta Lilian Molano L